Yo no soy creativo. Falso. Todos nacemos con capacidades creativas, como todos nacemos con
capacidades para leer y escribir. Todos los niños son terriblemente creativos. Se
trata de desarrollar esas capacidades y no reprimirlas con miedos y falsos complejos.
El emprendedor nace, no se
hace. Falso. El
emprendedor se hace. Existen, por supuesto, capacidades innatas, y
temperamentos más o menos proclives a la acción. Pero el entorno, la cultura y
los referentes sociales y familiares fabrican emprendedores. Dicho de otro
modo, entornos y culturas con aversión a la asunción de responsabilidades
individuales, al riesgo y a la iniciativa personal, matan el espíritu
emprendedor.
La innovación se produce
aleatoriamente, y es un proceso impredecible. Falso. La innovación es un proceso organizativo
que puede medirse y gestionarse. Las empresas pueden aprender a innovar,
aprender de las mejores prácticas y aprender de su propia experimentación.
Para innovar, debo escuchar a mi cliente. Falso. El cliente será escuchado también por todos mis competidores. El cliente pedirá lo mismo más barato, más rápido o con más servicio, pero lo mismo. No es misión del cliente revolucionar la arquitectura dominante de un producto o modelo de negocio. Escuchar al cliente lleva a innovación incremental y evolutiva. Las grandes innovaciones crean nuevos espacios de valor, nuevas necesidades o nuevos mercados no demandados previamente.
Invertir en I+D, en la
empresa, lleva al éxito de mercado. Falso. No hay ninguna correlación entre inversión en I+D y éxito de
mercado a nivel de empresa. Invertir en I+D genera conocimiento, que puede o no
ser útil para el mercado. Aun siendo útil, ese conocimiento debe convertirse en
productos, procesos o modelos de negocio de éxito. Para aplicar nuevo
conocimiento con éxito (para innovar) se requiere estrategia, organización,
márketing y (a veces) I+D. El camino la la I+D al mercado es un camino tortuoso e incierto.
I+D es igual a innovación. Falso. La investigación y el desarrollo
tecnológico pueden formar parte (o no) del proceso innovador. Hay innovación
que no requiere I+D (nuevos modelos de negocio, nuevos canales comerciales, o
nuevas formas de organizarse), e I+D que no revierte en innovación (pues jamás
llega al mercado, o se estrella contra éste -no es aceptado por el mismo-).
Cualquier desarrollo
tecnológico debe patentarse. Falso. Patentar tiene sus desventajas: hay que describir en profundidad
en qué consiste ese desarrollo y registrarlo en un sistema público (visible por
cualquier competidor). La administración concede derechos exclusivos sobre esa
tecnología (una patente es una concesión legislativa de un monopolio temporal),
pero la hace transparente a cualquiera. Algún competidor con habilidad legal
podría detectar zonas ambiguas en la descripción de la patente y flanquearla, convirtiendo
una batalla tecnológica en una batalla jurídica. Por otro lado, en sectores de
rápido cambio tecnológico, la patente puede estar obsoleta una vez sea
efectiva. Y, dependiendo de la dinámica de poder en el sector (concentración
en uno o unos pocos clientes), éstos podrían requerir la cesión de la patente
como condición de compra. Patentar debe supeditarse a una estrategia
tecnológica bien diseñada.
La investigación es un
proceso solitario. Falso.
Se investiga en equipo, tanto en el sector público como en la industria. En
investigación los genios solitarios se convierten en cuellos de botella. Los
equipos de investigación eficientes detectan de forma creativa y colectiva
nuevos gaps en la frontera del conocimiento, constituyen task forces para resolverlos, comparten información y subdividen
las tareas de investigación para abordar proyectos más ambiciosos, de forma más
rápida y sistemática.
La I+D ocurre en
universidades y centros de investigación, y la innovación en las empresas. Falso. Un país es competitivo cuando tiene
industrias intensivas en I+D, se desarrolle éste internamente o se desarrolle
de forma concertada con universidades y centros de investigación.
La inversión pública en I+D
hace que los países sean más ricos. Falso. La URSS era un país líder en ciencia, sin que ésta se convirtiera
en innovación ni en crecimiento económico. Para que un país sea rico debe
innovar, además de investigar. Y para ello, debe conectar los sistemas
científicos e industriales, mediante las políticas adecuadas.
En los países líderes en
innovación, el sector público financia investigación básica, y la industria,
espontáneamente, la convierte en crecimiento económico. Falso. Los países líderes en innovación lo son
porque el sector público financia investigación básica, pero también, selectivamente,
investigación consorciada con la industria, orientada a activar proyectos
empresariales de alta tecnología.
Hola Xavier,
ResponderEliminarMe permito compartir aquí el enlace a la presentación que preparamos en base a este genial artículo.
http://elmiracielos.com/2014/11/04/los-11-falsos-mitos-de-la-innovacion-de-xavier-ferras/
Gracias por todo!
Ángel